¿Cómo se soluciona una disfunción eréctil?
La disfunción eréctil (DE) es un trastorno al que se enfrentan muchas personas, pero existen tratamientos eficaces. Uno de los principales métodos para tratar la disfunción eréctil es el uso de medicamentos orales. Se sabe que medicamentos como el sildenafilo (Viagra), el tadalafilo (Adcirca, Cialis), el vardenafilo (Levitra, Staxyn) y el avanafilo (Stendra) potencian los efectos de los mecanismos naturales del organismo, lo que provoca una erección. Estas píldoras aumentan el flujo sanguíneo al pene durante la excitación sexual, lo que permite lograr una erección lo suficientemente firme como para mantener relaciones sexuales satisfactorias. Para un número significativo de los 30 millones de estadounidenses que padecen disfunción eréctil, estos medicamentos constituyen la primera línea de tratamiento.
El estilo de vida desempeña un papel fundamental en el tratamiento de la disfunción eréctil. Según un estudio de Harvard, caminar sólo 30 minutos al día puede reducir en un 41% el riesgo de padecer disfunción eréctil. Además, las investigaciones han indicado sistemáticamente que la actividad física moderada es beneficiosa para quienes se enfrentan a esta afección. Además del ejercicio, otros cambios saludables en el estilo de vida pueden contribuir a mitigar la disfunción eréctil. Un estudio publicado en The Journal of Sexual Medicine en mayo de 2014 destacó que algunos hombres revirtieron su DE mediante la pérdida de peso, una dieta variada, ejercicio regular y dormir bien.
Existen factores psicológicos que pueden contribuir significativamente a la disfunción eréctil. Para las personas en las que estos factores desempeñan un papel, pueden recomendarse diversas terapias, como la psicoterapia, la terapia sexual o la terapia de pareja. La terapia puede ayudar a abordar problemas subyacentes como la ansiedad, el estrés o los problemas de pareja que puedan estar dificultando el rendimiento sexual.
Algunos hombres pueden plantearse opciones quirúrgicas, sobre todo si otros tratamientos no dan resultado. Uno de los principales tratamientos quirúrgicos para la disfunción eréctil consiste en la inserción de un implante de pene, también conocido como prótesis de pene. Cabe señalar que, en general, no se recomienda la cirugía vascular del pene. Además de las intervenciones quirúrgicas, también existen dispositivos. Dispositivos como los de erección por vacío utilizan la succión para aumentar el flujo sanguíneo al pene. Además, también pueden utilizarse medicamentos intrauretrales, como los supositorios, para mejorar el flujo sanguíneo.
Abordar los factores relacionados con el estilo de vida puede ser muy beneficioso para quienes padecen disfunción eréctil. Las recomendaciones suelen incluir dejar de fumar, limitar o abstenerse del alcohol, mantenerse físicamente activo, mantener un peso corporal saludable y evitar el consumo de drogas ilegales. Adoptar estos cambios no sólo ayuda a controlar la disfunción eréctil, sino que también aumenta el bienestar general.
Más allá de los tratamientos convencionales, existen alternativas naturales que las personas pueden explorar. Éstas incluyen cambios en la dieta, ejercicio regular, sueño adecuado, control del peso y búsqueda de apoyo psicológico cuando sea necesario. Como ya se ha señalado, estos cambios en el estilo de vida pueden a veces revertir la disfunción eréctil.
Es alentador saber que casi todos los casos de disfunción eréctil son tratables. Seguir el tratamiento adecuado no sólo mejora la salud física y emocional de la mayoría de los pacientes, sino que también rejuvenece la intimidad de las parejas. La prevalencia de la disfunción eréctil puede estar muy extendida, pero si se conocen las posibles causas -desde el estilo de vida hasta los medicamentos, las enfermedades, los trastornos y el estrés psicológico- y se aprovechan las múltiples estrategias y tratamientos eficaces disponibles, se puede controlar activamente y, a menudo, superar esta afección.