La disfunción eréctil (DE) y la hipertensión arterial son dos enfermedades que coexisten con frecuencia. La disfunción eréctil es un problema de salud sexual que dificulta el mantenimiento de la erección. La hipertensión, por su parte, es una afección cardiovascular caracterizada por un aumento de la presión en las arterias. Ambas afecciones pueden tener graves consecuencias para la salud y el bienestar general de una persona.
La disfunción eréctil puede estar causada por multitud de factores, como problemas físicos, psicológicos y de estilo de vida. Una de las causas físicas es la hipertensión arterial, que puede afectar al flujo sanguíneo del pene, dificultando la consecución y el mantenimiento de una erección.
La hipertensión arterial es una afección crónica que puede ser consecuencia de un estilo de vida poco saludable, factores genéticos u otras afecciones médicas. Puede provocar complicaciones graves como cardiopatías, accidentes cerebrovasculares y problemas renales. Además, también puede causar disfunción eréctil, lo que puede provocar trastornos psicológicos.
La hipertensión puede alterar el flujo sanguíneo al pene, lo que dificulta la erección. Además, algunos medicamentos para la hipertensión, como los diuréticos tiazídicos, los diuréticos de asa y los betabloqueantes, pueden disminuir el flujo sanguíneo al pene y provocar disfunción eréctil como efecto secundario. Sin embargo, los alfabloqueantes, los inhibidores de la ECA y los bloqueantes de los receptores de la angiotensina rara vez provocan disfunción eréctil.
Según la Clínica Mayo, algunos medicamentos para la disfunción eréctil suelen ser seguros para los hombres con hipertensión arterial que, por lo demás, gozan de buena salud.
Entre ellos se encuentran el sildenafilo (Revatio, Viagra), el vardenafilo, el avanafilo (Stendra) y el tadalafilo (Adcirca, Cialis, otros).
La FDA ha aprobado cuatro medicamentos para la disfunción eréctil: sildenafilo (el principio activo de Viagra), tadalafilo (Cialis), vardenafilo (Levitra) y avanafilo (Stendra). En general, estos medicamentos son seguros para la mayoría de los hombres, incluidos aquellos con hipertensión arterial controlada con medicamentos para la presión arterial.
Aunque los medicamentos para la disfunción eréctil suelen ser seguros, pueden interactuar con otros medicamentos. Por ejemplo, la combinación de alfabloqueantes con sildenafilo puede causar hipotensión. Por lo tanto, es importante que hable con su médico de todos los medicamentos que esté tomando antes de empezar a tomar cualquier medicación para la disfunción eréctil.
Los profesionales sanitarios desempeñan un papel crucial en el tratamiento tanto de la disfunción eréctil como de la hipertensión. Pueden ayudar a determinar el mejor tratamiento, vigilar el estado del paciente y ajustar el tratamiento según sea necesario.
Algunos medicamentos para la tensión arterial pueden tener efectos secundarios sobre el deseo sexual y la función eréctil. Los diuréticos tiazídicos, los diuréticos de asa y los betabloqueantes pueden reducir el flujo sanguíneo al pene, dificultando la erección.
Los diuréticos, comúnmente conocidos como diuréticos, también pueden afectar al deseo sexual y a la función eréctil. Pueden disminuir el flujo sanguíneo al pene, dificultando la erección.
La testosterona es una hormona sexual crucial, y el zinc desempeña un papel importante en su producción. Por lo tanto, mantener unos niveles adecuados de zinc puede ayudar a mejorar la función eréctil.
Antes de empezar a tomar cualquier medicamento para la disfunción eréctil, es esencial que informe a su médico de todos los medicamentos que está tomando actualmente, incluidos los suplementos a base de hierbas y los medicamentos de venta libre.